domingo, 9 de diciembre de 2007

DATOS PARA EL AMOR

Se rompen las barreras y ya está.
Se adoptan como hijos a Dudas y a Temores,
en el mismo momento en que apareces como Saturno.

Sin más demora, afianzas el brazo
de un querubín de pulso vacilante,
para que su impacto desgarre de emociones
el tímido roce de dos manos.

Y ya las voces no son voces, sino cantos,
los gestos serán la perfección del movimiento,
los olores serán sellos de identidad
mientras esta droga tenga efecto.
(Curioso es que los demás no perciban todo esto)

Y el complemento.

Sábanas que vuelan sobre las cabezas,
como techos de mercadillo callejero,
que no descansarán ni un momento
mientras dos cuerpos sean parte del juego.

Sábanas de raso, de encaje, a rayas,
a cuadros (¡a cuadros! ¿recuerdas?).

No hay mejor papel para envolver el amor.

5 comentarios:

Cuca-Cola II dijo...

Ahora no sé a quién hablarle, si a tu primo o a ti. ¡Qué cosa!
Me han encantado estos versos, y quería que supieras que me gustan las sábanas blancas...jajaja.
Me ha gustado encontrarme con este sitio porque es una forma de conocer el alma detrás de la pluma.
Un beso, mejor dos.

Cuca-Cola II dijo...

Acá he vuelto, como siempre. Me faltó decirte que "un mercadillo puede cambiar la historia de un pueblo" Suena raro, pero las sábanas siempre vuelan para vestir los cuerpos desolados. Uy, dejaré la cerveza.
(Este comentario vale por dos)

mi primo y yo dijo...

Vivian,

¡bienvenida!

Es un placer para mí que dejes comentarios en mis poesías.

Por si alguien no lo sabe, Vivian es una POETA, así con mayúsculas.
Tan en mayúsculas cómo son sus poesías.

Por eso es todo un placer, además de un honor, que te pases por aquí.

Haré un sumatorio.

Besos

Dario dijo...

Aquí estaba yo echándole un vistazo a tu blog. Es una joya. El último verso de este poema parece destinado a ser una cita clásica, me lo apunto. Todo tu blog es un lujo. Aquí tienes un lector fiel, no lo dudes.
Darío
P.D. Ah, mi blog:http://lalunapintada.blogspot.com

mi primo y yo dijo...

Mi amigo Dario,
poeta que te clava sus versos en el pecho, recordándote de donde hemos nacido y que desnudos estamos cuando nos miramos "hacia dentro"

Mi amigo Dario, poeta.