sábado, 24 de mayo de 2014

NIEVES ÁLVAREZ MARTÍN Y SU ABECEDARIO


Fotografía de nuestro amigo JAP




El pasado viernes 22 tuve la fortuna de conocer a Nieves Álvarez Martín y a su marido Miguel Ángel García.

Gracias a mi primo Alfonso, tuvimos la oportunidad de contactar con ella y propiciar la presentación de su libro “Desde todos los nombres (Abecedario del olvido)” en Puerto Real. Gracias a las gestiones de Fernando, nos cedieron nuevamente las instalaciones de Tele Puerto Real para la presentación. 

Así, La Media Luneta y la Asociación de la memoria histórica de Chiclana (que estuvo representada por nuestra amiga Isabel Canto) teníamos preparada la presentación del libro.

Fernando, Alfonso y yo fuimos a tomarnos ese café previo a la presentación con Nieves y Miguel Ángel.

Un derroche de humanidad inundó ese café. Nos encontramos , ante todo, con dos personas.

A pesar del bagaje en el mundo de las letras de ella y en el mundo de la fotografía artística de él….Recapitulemos: 

nunca pesó el bagaje en el mundo de las letras de ella y en el mundo de la fotografía artística de él, todo fue cercano y familiar.

Nos explicaron sus trabajos y proyectos, pero, más que alardear de ellos, cuando se referían a algún proyecto de implicación social lo hacían casi recriminándose que podrían haber conseguido más.
Fue impactante: dos luchadores como ellos no se echan flores, las siembran en los corazones de la gente para que crezca la amistad. Y a fe que lo consiguen.

Nieves nos arrolló con su fuerza, su sencillez,  su fuerza de la razón y su lucha de corazón. Son esos momentos en que tienes que mirar hacia arriba, en dirección al interlocutor, puesto que su figura crece y crece hasta dejarnos pequeños a su lado.

Luego vino la presentación.

Canciones, poemas y emociones. Si cerca de donde viven pasa Nieves con su libro, no dejen de ir a verla.

Su padre es uno de los protagonistas del libro. Protagonista y motor ya que, al investigar sobre los años de cárcel que sufrió su padre tras el golpe de estado de 1936, Nieves encontró las historias de muchos otros a los que dedica este trabajo.

Allí, en la mesa, cuando Nieves hablaba de su padre sus ojos hablaban por ella. Alegría, indignación, tristeza y mucho respeto hacia una figura que fue tomando mayor tamaño cuanto más avanzaba la investigación. Fueron momentos realmente emocionantes.

Nieves transmitió de tal manera esa emoción que hizo que la vida de ese hombre pasara a formar parte de nuestras vidas y ya, de alguna forma, también nos pertenece y eso lo dignifica y lo hace universal.

Nieves y Miguel Ángel, mil gracias por venir, mil besos por compartir.



MÁS DE TREINTA MIL RAZONES PARA HABLARLES DE USTED

Tiene el maestro cantero
las manos llenas de fechas.
Está sentado en su banco,
naturalmente de piedra,
una mano lleva un libro
en la otra el humo de un celta.
¡Virgencita del Rosario,
que de vicio en esa puerta!
Escupen los salva patrias
caminito de la iglesia.
No es el humo del tabaco:
el libro es lo que molesta.
Tiene el verraco más luces
que ellos. Mucha más cabeza.
Ignorantes que tejieron
sus nueve largas cadenas.

Tiene el maestro cantero
las manos llenas de fechas,
pero los labios sellados,
llaga en la memoria fresca.
Mas siendo de los vencidos
la derrota no le arredra
y va dejando su impronta
ya por Fuente o Covachuelas,
impronta de ser buen hombre,
alto y digno como peña,
al que le robaron años
pero no su inteligencia.

Tiene el maestro cantero
las manos llenas de fechas
y un amor que le da vida
en la muerte de una guerra.
El amor le dará fuerza
para volver junto a ella.

Tiene el maestro cantero
las manos llenas de fechas
y un jinete en las rodillas
que trota, galopa y vuela.
Ya está crecido el jinete.
Libera lo que otros sellan.
Reconoce en el espejo
al que dio vida a la piedra.
Ahora lo ve gigante,
tal y como en verdad era,
y su boca ya es su boca,
que a su boca no la sellan,
gritando las injusticias
de estas heridas abiertas
gritando todos los nombres
que duermen en las cunetas.
Abecedario de olvido:
es su espada, su bandera.

Y no se aflija, maestro,
por si no firmó en la piedra.
Su firma quedó patente:
en la nieve quedó puesta.

Tiene el maestro cantero
las manos llenas de fechas.