lunes, 13 de octubre de 2008

Mi primo Manué




Una tarde nos dio por mezclar prosa y poesía en El Gastor.

Desde entoces hemos ido compartiendo escenarios con nuestros papeles en ristre. Compartiendo escenarios y algo más.

Manuel García Sánchez, crea, forja, transmite.

Sus manos crean todo aquello que todo lector persigue y todo escritor anhela: hacer comprensible y creíble lo escrito.

Cuando lo leo, cuando lo escucho, siempre me digo lo mismo “qué fácil hace lo difícil”




Manuel es una realidad en el mundo de nuestras letras y a poco que los buenos vientos soplen en la dirección correcta, nos va ser más fácil disfrutarlo.

Es todo un lujo, él lo sabe, compartir cualquier acto cultural con él. El antes, el durante, el después, cualquier momento es bueno para compartir.

Y disfrutar de todos eso diálogos locos, tan cargados de cordura.

“Manué, sácate una sonrisa del casco”


Aquí viene mi primo. Disfruten de su palabra.


Nacer de nuevo

Para nacer de nuevo tuve que salirme de la carretera y dar varias vueltas con el coche hasta quedar hecho un guiñapo y que una escarcha de sangre y polvo cubriese mi cara. Ni siquiera oí las voces de los bomberos que arrancaban las cáscaras de metal para poder liberarme. Ni el contundente martilleo de las hélices del helicóptero. En todo ese tiempo anduve paseando por mi vida, sin prisa. Sé lo que duró el intervalo de tiempo que estuve inconsciente pero no podría determinar cuanto viajando. Al contrario que mi gente no pasé miedo. Tuve que enseñarme a caminar, a hablar y a comer. A exigirle a cada día su rendimiento de felicidad. Y sobretodo a observar a mis hijos y comparar su infancia con la que desenterré de mi memoria. Desde entonces la alegría me sorprende en el sitio más insospechado. De ese modo comienzo a creer que el paraíso quizá sea algo tan sencillo como ser un niño con la sabiduría de un adulto, o ser un adulto con la inocencia de un niño.

Manuel García Sánchez


El mejor amigo

El perro sólo ladraba cuando su dueño se iba. Estaba viejo y apenas veía, sin embargo tenía la dichosa manía de quejarse cada vez que se quedaba sin su amo. Más de una vez los vecinos se quejaron; el sonido que emitía era muy molesto por agudo y constante. A veces se transformaba en un aullido que ponía los nervios de punta. Matías soportaba estoicamente las protestas y al final se encogía de hombros y acariciaba a su amigo. El hombre también estaba mayor y torpe no podía estar pendiente del animal, por eso lo dejaba en casa. Cierto día, de madrugada el perrito comenzó a formar escandalera. El edificio era un clamor, les parecía un despropósito, una falta de vergüenza, más de uno profirió amenazas. Pero nada de eso atraía al silencio. El sonido se agarraba como una garrapata a los tímpanos, haciendo que el sueño abandonase se divorciase de la noche. Alguien, desesperado, tomó la determinación de llamar a la policía. Tardaron en darse cuenta, Matías no había salido.


Manuel García Sánchez

viernes, 3 de octubre de 2008

Te fuiste con el Sol

Hace poco publiqué estos versos en Prosófagos.

Hice una especie de introducción al tema. Al poco de publicarlo, ñam, una excelente escritora que pulula por el foro, me dejó un comentario tan acertado, tan lleno de imágenes, construyendo una descripción fabulosa del personaje, que no pude resistir la tentación de pedirle permiso para reproducir su comentario y así engrandecer la figura del homenajeado.

Aquí va la introducción, los versos y la palabra y su valía en los comentarios de ñam.

"Ahora hace veinticinco años que murió José Pérez Ocaña. Andaluz afincado en la Barcelona de los 70. Persona, artista, homosexual, libre.
De Ocaña siempre llevaré una respuesta suya que le escuché en una entrevista en un programa radiofónico de madrugada y decía algo más o menos así:

- Ocaña, para ti ¿qué es la cosa más triste?

- Lo más triste para mi es cerrar un libro y no saber lo que he leído.

Valgan estas rimas como sencillo homenaje.

Hay cosas que nunca mueren."

TE FUISTE CON EL SOL

Tú, luz en la oscuridad
de un tiempo, en una nación
de misa y comunión,
devota a la autoridad,
banderas y falsedad.

Tú, aire renovado
en un moribundo estado
en donde la voz alzaste,
con valor te rebelaste
dignificando el pecado.

Tú, diablo controvertido,
nos dejaste tu legado
aun cuando estés olvidado.
Siempre huiste del balido,
libre loco travestido.

Mas, no es cosa que extraña
pues es normal en España
lapidar al diferente
que provoca con la mente.
Por eso me gusta Ocaña.

JuanManué

Comentario de ñam:

"Y a mí. Y mucho.

Gracias Juanmanué, por este homenaje. Si me permites voy a poner un par de enlaces aquí referidos a Ocaña.Ocaña, tan auténtico, tan humano, tan analfabeto, tan instintivo, tan natural, tan listo, tan mariconazo, tan tierno, tan valiente... En fin, que viva Ocaña, y mil veces, un tío con un par de cojones (pero de los de verdad, de los capaces de cantarse el Yo soy esa en un bar lleno de gente en la España de los setenta absurdamente vestido de coplera. Esos, esos son cojones, a ver cuantos machoman de esos tan gallitos que se ven por ahí serían capaces. Y no entonces, ¡hoy!)

"Siempre huiste del balido,
libre loco travestido."

Ole, compañero"