El aura mística del arribo
es flecha pretérita, e infértil,
en un presente de ojos abiertos
y palabras gastadas,
mutiladas,
presas en jardines inundados
por escombros y estatuas muertas.
Los vientos empujan y desorientan.
La escalera, en espiral,
nunca tuvo balaustradas.
Así, el vacío flanqueante,
de tan común,
se hizo cotidiano.
Diógenes facilitó el camino.
Es dura la gimnasia del recuerdo
cuando las manos andan vacías,
los labios murmuran a solas
y el olor de la piel,
último vestigio de una presencia,
ya va en retirada.
Imágenes brotan de cualquier rincón,
de cualquier cajón;
inesperado.
Colores que ya no existen.
Si alguna vez existieron
murieron en el revelado.
Colores que ya no existen.
Como esa sonrisa.
TANTO ( DEJANDO IR, 1)
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A finales de noviembre de 2024 comenzaba la grabación de un nuevo disco
virtual, el número 126 que di en llamar “Dejando ir”.
Y esta es la canción de ape...
Hace 3 días
5 comentarios:
Que buen arranque tiene este poema.
Saludos
Saludos , anónimo.
Y gracias por pasar.
Palabras presas en jardines inundados por escombros y estatuas muertas.
Si hubo color, fue en tiempos pretéritos: es imposible que haya color, ahora.
Desolador. Y bueno.
Cariños,
Esther
Prima Esther.
Mi querida prima argentina que tanto me ha ayudado con sus comentarios, es un placer tenerte por aquí.
Besos
bonito, JM, ponito.
A ver si algún día nos vemos, mamón.
Besos
Paul
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