sábado, 23 de agosto de 2008

¡¡ESTÁN LOCOS ESTOS ROMANOS!!








Así, el bueno de Obelix, manifestaba su extrañeza al comprobar que una y otra vez las legiones insistían en llevarse los más variados surtidos de golpes y mamporros. Y eso era lo que se llevaban, pues la aldea resistía a todo un imperio.

Resistía, no es la mejor palabra. Mejor sería: utopía.

Hay un mundo, ahí fuera, plagado de luces de neón, carteleras monumentales, libros en los escaparates, contratos televisivos y contratos prostituidos para que se diga, única y exclusivamente, lo que conviene que se diga.

Y parece que es el único mundo. Pero no lo es.

Hay otro mundo, pequeño como cierta aldea, que tiene epicentro propio, con un movimiento sísmico ilimitado dentro de sus limitaciones.

Limitaciones contrarestadas por la ilusión, el deseo de agradar y la ganas de pertenecer a esa aldea.

A coste cero.

Así, en esta cuarta jornada, tuvimos el gusto de encontrarnos con Miguel Ángel Rincón, Pilar, La Máquina (ampliada), los dos Alejandros, Diego Belsup, Conchi y, por supuesto, Manuel García, con el que he tenido la suerte de actuar en tres actos públicos.



Los locos aldeanos

Hablando de público, me quito el sombrero ante este público de Prado del Rey, adultamente joven, que ha hecho grande esta jornadas de poesía. Ellos, más que formar parte de la aldea, son la aldea en sí, pues gracias a estos hombres y mujeres es posible mantener el sueño de que un mundo diferente sí tiene cabida entre nosotros.

De entre estas personas me gustaría destacar a Sandra, que siempre nos ha recibido a Merchi y a mí de forma cálida y sencilla, haciendo que nos integrásemos en esta aldea de una forma más rápida. Sandra, es algo más que público.

De la actuación comentaros que Miguel Ángel, Manuel y yo formamos un trio, bien avenido, sobre el escenario y fuimos desgranando la noche entre poesías y relatos cortos.

Y un fin de fiesta con La Máquina Quimérica, ya es todo un lujo.
¡¡Importante!!
Gracias al amigo Manuel, me he dado cuenta de un olvido en la participación. Un olvido importante pues fue quién abrió el acto con unas poesías frescas y sentidas. Una artista sobre las tablas como es Cristina, hija de nuestra amiga Conchi.








La recompensa

Uno termina su actuación, ha escuchado los aplausos, han terminado los nervios y le gustaría agradecer uno por uno a todos aquellos que han tenido ha bien estar allí.

Cruzo una mirada con Merchi y asiente con la cabeza con una sonrisa en la cara. Todo ha ido bien.

Más tranquilo, me acerco a la barra y allí me encuentro la sonrisa de Nieves, la dueña de la Taberna Irlandesa, que me felicita y me dice que he estado muy bien.

¿Qué más pago puedo pedir?


La Aldea

La aldea está regentada por Nieves, como acabo de decir, y se llama La Taberna Irlandesa.
Es un lugar impresionante.
No sé si será un marco inmejorable para este tipo de Jornadas. No lo sé. Sólo sé que estás Jornadas en otro sitio, no habrían sido lo mismo.
No sé si mejores o peores.
Lo único cierto es que la magia que emana este lugar no se podrá encontrar en otro sitio. Hagan la prueba y acérquense a conocerla.



Final

Para el final me guardo la frase de Obelix, le doy la vuelta y digo:

¡¡Están locos estos serranos!!

Benditos locos

sábado, 2 de agosto de 2008

Poesía de una noche de verano (II)

Ayer, 1 de Agosto, dieron comienzo las jornadas tituladas "Poesías de una noche de verano" en Prado del Rey, un bello pueblo de la serranía gaditana.
Los dioses nos fueron propicios y allá que nos fuimos Merchi y yo.
La céntrica Taberna Irlandesa (impresionante en todos los aspectos) nos esperaba.
Reencuentro con conocidos en esto de juntar letras y apretón de manos y besos con otros nuevos.
Y, por fin, la poesía.
Juan Antonio, Alejandro y Quino lograron crear ese ambiente mágico donde la poesía es correa de transmisión de sentimientos, deseos, anhelos, necesidades y realidad.
Enriquecedora mezcla de estilos, confirmando a la poesía como engranaje perfecto y necesario en nuestras vidas cotidianas. Aun cuando pase desapercibida con demasiada frecuencia.
Pero para que se diese todo esto en un breve (uno siempre quiere más) espacio de tiempo, hace falta un grupo de personas que se entregan para organizar este tipo de eventos, a los que siempre hay que estarles agradecidos.
¡¡Que no pare la fiesta!!
¡¡Y animaros, que vale la pena!!